Hediondo, sucio, con un olor insoportable a tal punto de que ningún local comercial quería instalarse en sus alrededores, llamado “La Ratonera” por todo porteño que conoce su historia. Así estaba el Palacio Causiño hasta el año 2010, donde Duoc UC realizó una completa restauración y reconstrucción del lugar para convertirla en una de sus sedes.
Con más de 130 años de vida, este edificio construido por Isidora Goyenechea, en memoria de su esposo Luis Causiño, fue lugar por el que pasaron cientos de empresas y sociedades, pero la falta de mantención del lugar, lo fue deteriorando a tal punto que posteriormente se encontró totalmente abandonado.
Fue así como comenzaron a utilizarlo como el gran basural de Valparaíso, habiendo sufrido innumerables incendios y con la llegada de cientos de roedores, poco quedaba del Gran Palacio que alguna vez fue.
Av. Errazuriz
En la década de los 90 quisieron construir un gran edificio en su lugar, pero ante la negativa de sus vecinos, este proyecto no se llevó a cabo, un poco más tarde el Consejo de Monumentos Nacionales, lo nombro Monumento Histórico de la región.
Con tal descuido, ya entre los periodos del 2010 al 2011, Duoc UC es quien toma parte de un proyecto que convertiría al Palacio Ca
usiño en uno de sus centros de estudio. Con una millonaria inversión de 10 millones de dolares iniciaron una completa reconstrucción, con la misma fachada exterior pero con grandes cambios en su interior. Es tal el impacto de la ratonera que Camila Fuentes, estudiante de Duoc mencionó que: “yo crecí sabiendo de la ratonera, nadie pasaba por ahí, era un sitio pelado porque el olor era insoportable y lo más asqueroso era que sabíamos que dentro estaba lleno de ratones, y después cuando supe que el Duoc haría una sede ahí jamás me imagine lo que es ahora”.
En la actualidad este lugar es el centro de extensión de Duoc UC, en donde proporcionan información turística, espacios para recreación por los alumnos y espacios para el arte, tal como lo dice su encargada de comunicaciones Antonella Merello, “este lugar dispone de espacios multifuncionales que fusionan el pasado y el presente en su arquitectura, es incluso el lugar donde se encuentra una de las cafeterías más prestigiosas del país como lo es Bonafide, quisimos darle vida a este patrimonio y efectivamente se pudo cumplir, y hoy es casi el lugar favorito de nuestros estudiantes”.
Tal impacto y buena aceptación tuvo este nuevo Palacio hoy conocido como una casa estudio, que incluso hace un poco más de dos años, uno de 
los restaurantes bien catalogados por los porteños, “La Piazza di Fiori” abrió sus puertas justo en frente de este monumento, el cual por parte de uno de sus trabajadores, Roberto Silva “ha sido todo un éxito”.
A pesar de todos los cambios que tuvo el lugar y llegar a momentos extremos en su momento, hoy sigue manteniendo la misma estructura de hace siglos atrás, un espacio grande y ubicado muy cerca de los lugares turísticos más visitados por extranjeros y compatriotas. Aunque ya nada queda de ese feo espacio lleno de roedores, aun se puede preguntar por el Palacio Causiño y la gran mayoría de los porteños, todavía le conocen como la “Ratonera” pero es también así, como de este lugar, sucio y mal oliente ya solo queda un solo recuerdo.
A continuación parte de la demolición completa en su estructura interior, año 2010.
franmarchant 